Pepe Mujica, President de Uruguay , by Amadeu Clavé

              No puedo ni me debo quejar, aunque objetivamente no me cabe duda alguna que albergo motivos más que sobrados para hacerlo. Y me explico. Si en el terreno personal un año hospitalizado en los últimos 18 meses es motivo para al menos expresar cierta queja con la vida, y en este postrer ingreso, el actual, por arte de birlibirloque he perdido más de mil contactos telefónicos labrados a lo largo de un...a dilatada vida profesional como periodista, hoy he recibido una considerable sorpresa recompensatoria. Una alto cargo del gobierno de Uruguay presidido por Pepe Mujica,y cuyo nombre oculto por razones de seguridad, se ha dignado a mantener una prolija entrevista conmigo desvelándome aspectos poco conocidos sobre el presidente del gobierno más pobre del mundo, y líder guerrilero tupamaro en el pasado. Por las razones de casualidad que siempre convergen en un gran encuentro, me entero que mi entrevistada está próxima a acudir al hospital para visitar a un familiar ingresado en una habitación próxima a mi 4602, y sin demasiada dificultad negocio con otro pariente la cita. Ni corta ni perezosa en el plazo de una hora, acude hacia mí y a tumba abierta me explica detalles tan curiosos como que este hombre que preside hoy la otrora denominada Suiza de Lationamérica, pasó detenido la friolera de 12 años en un pozo donde, cautivo en soledad y custodiado por infames torturadores, lograba comunicarse con sus compañeros a través de morse. Ocurría durante la dictadura fascista. Ello por lo que respecta al pasado jalonado por un interés autodidacta que le convierte en uno de los hombres más cultos del país, a pesar de no haber terminado los estudios primarios.

 

Amadeu Clavé, periodista

 

               Pero yendo a un presente más sorprendente, me habla largo y tendido de un ser humano próximo y apasionante que conduce un coche de más de 30 años, denosta el traje como vestimenta, aspectos bien conocidos, pero que además cultiva su huerto diariamente sin perdonarse esta tarea por mucho que Obama exija conversación urgente. El orgasmo periodístico llega cuando me explica que si, como se sabe, él dona el cien por cien de su remuneración, su esposa, senadora lo hace al noventa por ciento. "Vive como el más pobre del país", asegura, "y nos obliga a sus colaboradores a hacer lo propio o a marcharnos del gobierno". Pero no es todo. La amplia residencia presidencial, una amplia reserva natural, y que ha renunciado desde el primer día de mandato a disfrutar, la cede a los estudiantes más pobres para su uso educacional absoluto de las materias de ciencias ".
"En Uruguay - me explica la dirigente política- no se puede repetir mandato, pero estoy segura que el legado de Pepe marcará el futuro". Y es ahí cuando intentando asimilar la formación de primera mano, no puedo evitar comparar los comportamientos de la clase política española y catalana con los principios aplicados de Mujica. Solamente puedo llegar a una conclusión. Él y sus colaboradores, como la propia entrevistada, una profesora tremendamente culta y sencilla, sirven a sus conciudadanos dando pleno sentido a la res pública. Sin caer en el tremendismo, no podría decir lo mismo de los servidores públicos nuestros. En la despedida y cambio de credenciales para futuros contactos periodísticos y humanos, la forma en que estrecha mi mano me habla también de un talante que palia en los más profundo, y sin quizás quererlo mis graves dolencias. Aprendo también que por mucho que uno se considere liberal, ante comportamientos públicos y privados como el de ese gobierno sólo cabe genuflexión dilatada y sin concesiones.
           "Mil gracias, señora, dele un abrazo de este humilde periodista al presidente Mujica", le espeto. "Se lo daré. Le gustará saber que en España existe un profesional de la noticia que conoce al menos genéricamente su trabajo", me asegura. Se va. Corriendo. A pesar del alto cargo que ostenta, ninguna medida de autoprotección. Ahora sólo importa alentar a su familiar, tras hacerlo previamente conmigo. "Nos lo ha enseñado Pepe, nuestra vida sólo tiene el valor de ponerla al servicio del pueblo, y siempre con su permiso y voluntad".... — en Hospital General de Catalunya.

 

 un bon escrit de l'amic Amadeu Clavé

 amb tot el carinyo

 

 

Quim Pedret